sábado, 30 de enero de 2010

Siga las flechas azules señor Quincampoix...


Hay una mujer que está muy lejos
a cientos de kilómetros
pero su recuerdo permanece
y me obliga a mirar por encima de los tejados...
[...]



                    Y así continúa, es un poema muy bonito, como todos  los que he encontrado de Javier Marín Ceballos, en esta escueta publicación, de la Universidad de Granada, algunos inspirados en el Carmen de la Victoria ( también encontramos mas publicaciones con autores como Ángel González, que estos dias me ha venido al caso varias veces, y aprovecho para recordar como una de las personas que mas admiro y a las que dedicaré una entrada laaaarga y sentida) como así mismo viene especificado e impreso. Son de esos poemas sencillos y directos de los que tanto gusto y tan profundo me calan,que hablan de despedidas y soledad; de reencuentros y multitud.
                  Hablan de cada una de esas pequeñas cosas que hacen grandes los dias. Hay una mujer que está muy lejos, quizás yo misma de aquí, quizás sólo seamos las sombras que se proyectan, o quizás tú que lo lees estés tan lejos que te sea imposible encontrarme. Mi vida ha sido marcada por la distancia desde siempre, y por ello, tanto la temo y tanto la ansío.

Aunque anotemos : solo hay distancia cuando  así se desea.

3 comentarios:

  1. Cuando es invierno en el Mar del Norte
    es verano en Valparaiso...

    Canción de Invierno y de Verano. Es difícil ilustrar mejor la distancia.

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  2. "Yo confieso no saber por qué será, pero siempre la vista de las estrellas me hace soñar" el mismo que escribió estas líneas, Van Gogh, pintó casi al mismo tiempo su "La noche estrellada" (1889) ese remolino -amalgama de nubes y estrellas- donde representa su lógica de estado vital. Sí, mirar a un punto fijo: las estrellas y sí, soñar como Van Gogh

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  3. CUANDO ES INVIERNO EN EL MAR DEL NORTE...


    Cuando es invierno en el mar del norte
    es verano en valparaíso.
    los barcos hacen sonar sus sirenas al entrar en el
    puerto de bremen con jirones de niebla y de hielo
    en sus cabos,
    mientras los balandros soleados arrastran por la superficie del pacífico sur
    bellas bañistas.

    Eso sucede en el mismo tiempo,
    pero jamás en el mismo día.

    Porque cuando es de día en el mar del norte
    —brumas y sombras absorbiendo restos
    de sucia luz—
    es de noche en valparaíso
    -rutilantes estrellas lanzando agudos dardos
    a las olas dormidas.

    Cómo dudar que nos quisimos,
    que me seguía tu pensamiento
    y mi voz te buscaba -detrás,
    muy cerca, iba mi boca.
    Nos quisimos, es cierto, y yo sé cuánto:
    primaveras, veranos, soles, lunas.

    pero jamás en el mismo día.



    (Ángel González, canción de invierno y de verano)

    Maravilloso poema..realmente...esa es la distancia!

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