Puede que no fuese más que el vago intento de continuar, sin metas ni caminos, a través de la más absoluta nada. Puede que aquella niña tuviese razón y no fuésemos otra cosa que un saco de tripas que viene y va y se deja llevar. Entonces, sólo entonces, no tendría ningún sentido su lucha y se perdería en el oscuro agujero del olvido.
Sin embargo, algo la alentaba, el deseo silencioso de perturbar esa inactividad perniciosa y podrida.
Y se puso en camino. Cómo si Addie Bundren siguiera con vida y su agonía solo hubiese sido un mal sueño.
http://www.youtube.com/watch?v=CDYzaC3LJeU
miércoles, 19 de mayo de 2010
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