martes, 1 de junio de 2010

Flores de Otro tiempo ... D´un autre Été




" Sur l´oreiller du mal c´est Satan Trismégiste
Qui berce longuement notre esprit enchanté
Et le riche métal de notre volonté
Est tout vaporisé par ce savant chimiste. "


Flores en una estación. Desde hace ya unos años he sido un alma errante. Errante de padre y madre, en las mismas estaciones. Cíclica. Conspiratoria.
Volvía cada fin de semana elegido ( marcado en el calendario, todo estaba estudiado ¡buena soy yo para dejar cosas al azar!) a sus estrechos y malolientes pasillos,a sus asientos pegajosos e incómodos. A su impersonalidad. Caras largas, caras alegres, caras excitadas, caras a medio maquillar y caras lavadas de lágrimas.
Eligiendo siempre el sandwich mixto, por precio y confianza, al calor de un café  mirando por la ventana. Ir. Volver. Llorar. Reir.

Viajé siempre mirando el cristal, escrutando sus manchas, sus gotas, sus huellas. Viajé a gritos y en secreto, enferma y saludable, con ganas y sin ellas. Viajé porque el polvo de los asientos es ya parte de mi vida, porque el reposapies me es tan familiar como cualquier aparejo de mi mochila. Viajé quizás para aprender de una vez a hacer una maleta como dios manda y quizás también porque habrá siempre un vacío en mi que sólo suele llenarse cuando me abandono en el asiento y sueño.

Vivir es llenarse de pañuelos blancos, y una estación siempre es el comienzo y el final de algo. No hay muerte sin vida, ni viceversa.


"Como pañuelos blancos de adiós viajan las nubes, el viento las sacude con sus viajeras manos (Poema 4)

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