-De alguna manera tendré que olvidarte- dijo el gusano a la manzana- es tiempo de cambios. Las veletas anuncian desde el alba un gran agujero negro.
Y ésta lloró porque ahora nada corrompia lo que era, sin embargo, se sentía más podrida que nunca.
Una torre alta, blanca y fria. De fuerte y elegante marfil, pero no de aquel,con que construyen quimeras los que están enamorados, sino de la piedra de los guerreros. Aquí te espera ella, "La señora de los Deseos, la de los Ojos Dorados" para que cada vez que te adentres, sea un poco mas Fantasía.
Tuvo, no obstante, la impresión de que el
pálido y adorable psicagogo le sonreía a lo lejos, de que le hacía señas; como
si, separando su mano de la cadera, le señalase un camino y lo empezara
a guiar, etéreo, hacia la inmensidad cargada de
promesas.Y, como tantas otras veces, se dispuso a seguirlo.
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